martes, 1 de febrero de 2011

Martes con Ale: Corona Solar


Y ahora que la época navideña ha terminado y mucha gente no encuentra consuelo a la nueva época (y luego compran chocolates compulsivamente para reavivar la temporada de amor y paz) venimos a ofrecerte cada martes una variedad de entradas de blog no clasificadas y aptas para casi todo tipo de público (bueno, eso creo). 

Para satisfacer el cliché de la presentación diré que soy una chica queretana de 23 años que gusta de leer bajo los árboles o en camión, cuando recorre su pequeña y pacífica ciudad y cuando era pequeña soñaba con ser astronauta (y todavía lo sueña), disfruta de una buena cerveza helada en compañía de sus mejores amigos, adora a su familia tanto como a las palomitas de maíz, tiene una madre con un increíble don para la cocina y es de esas ambientalistas que no pertenecen a Green Peace pero te fulminará con la mirada (y quizá algo más) si te ve tirando basura donde no va. En fin, generalmente no tengo una línea de temas continua sino que mis intereses van cambiando casi a diario, por lo que quizá un día encuentres algo que escribí o el video de mi nueva banda favorita, o sólo una frase y mucho choro, pero procuraré estar abierta a los comentarios y sugerencias, pues esto se trata del intercambio de ideas. Por lo pronto te dejo un mini cuento que escribí hace poco en medio de mi solitario laboratorio, ya sabes, de esas veces que tienes muchos pendientes y las musas llegan a interrumpir y terminas bailando con ellas. Sin más rollo:

Corona solar

No lo habías advertido, estás en un desierto, recorres paso a paso la calma solitaria de la arena y duna tras duna no encuentras tu silencio. Nada te lleva. Tus brazos cansados oscilan a los lados de tu cuerpo, péndulos de carne que marcan un tiempo indefinido que no cuentas y que ni siquiera transcurre. De repente la noche está plagada de diamantes, una corona lejana, imposible a la vista, te regala un cielo tachonado de joyas. El calor no cesa, te abrasa las entrañas y extrae hasta la última gota de tu esencia. Te detienes. Un cénit repentino te deslumbra, un súbito infierno brota con más fuerza, calcinando tu conciencia y tus fuerzas.




Si quieres leer mis ideas en 140 puedes seguirme en twitter: @polaris_axi y compartir conmigo tus impresiones en tiempo real.

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