lunes, 7 de febrero de 2011

Lunes de subir el ánimo: Relajate, piensa, actúa...

Por fin es lunes!! Si señores ahora sí lo puedo decir con todo gusto, ya que debido a la conmemoración del 5 de febrero hoy muchas personas no laboran, ni van a la escuela, bueno por lo menos un días más de descanso para iniciar con muchas ganas el martes.

Sé que a muchos no les agrada el lunes, pero para eso estaré escribiendo, tratando de subir el ánimo y ser positivos durante todo el día.

Cada que comienza un nuevo día, tratamos de ponerle todo el empeño para que salgan bien las cosas, sin embargo las situaciones que se presentan a lo largo de éste, se va cargando de energía negativa, nos sentimos cansados, enojado y hasta el zumbido de la mosca nos parece excesivamente ruidoso, yo te propongo otra cosa porque en no en vez de estar enojándote y sacando el coraje con alguien que no tiene la culpa, pones una canción que te relaje, cierras los ojos y piensas en lo positivo que está en tu día.

Al momento de estar cerrando los ojos, crea una historia, piensa lo excelente que eres haciéndolo y sobre todo no dejarte caer tú mismo, el error fatal que cometemos al estar irritados por el excesos de trabajo o el bullicio de la ciudad.

Ahora mientras terminas de leer el post da click en el video que está más abajo y comienza a leer la historia que sigue, tal vez no te ayude, pero por lo menos espero que te saque una buena sonrisa o que consigas tranquilidad escuchando la música. 

Despierto precipitadamente, la alarma no ha tocado y las 7 de la mañana han dado. Corro directo al baño, el agua fría empieza a correr por mi cuerpo, no siento nada y no pienso en otra cosa más que en la hora, he terminado en 5 minutos, tal vez menos; no quiero ver el reloj se que es muy tarde, una playera negra, unos boxers azules, los jeans del día anterior me pongo rápidamente y amarro las agujetas de los tenis rojos. 

Tomo la mochila, bajo las escaleras y escucho el tic tac marcado por el reloj de la sala, me miró al espejo, me pongo un poco de gel, deslizo mis manos sobre mi cabello, desodorante y un poco de perfume, coloco mis audífonos, pongo play y el shuffle del día anterior sigue corriendo, abro la puerta salgo muy a prisa escuchando a lo lejos el último tic tac del reloj gris de la sala.   

Es una mañana fresca, hay algunas nubes rojizas por los destellos del sol, camino muy rápido, cruzo las calles casi sin mirar si viene algún coche, veo pasar a lo lejos el transporte, va vacío y eso sólo quiere decir que tendré que esperar unos minutos para que vuelva a pasar, cruzo la avenida corriendo, ingreso a la estación para esperar el próximo bus, miro a mi alrededor, todos voltean a ver sus relojes, sus celulares, unos a otros se miran la ropa, sonrió un poco, se escucha el sonido del bus es hora de abordar, una batalla me espera para subir y una más para bajar.

Llego a mi destino bajo entre empujones y muecas, pero no queda de otra, se que es demasiado tarde, empiezo a correr, no miro por donde piso, voy con la mirada al frente, no como la mayoría de la gente que va buscando migajas del día anterior buscando su camino, sé mi destino y tengo que llegar rápidamente, la música me impide escuchar el ruido de los coches, camino por el mismo sendero de siempre, entre árboles y unas cuantas aves que han despertado sin muchos ánimos de cantar.

Por fin he llegado un minuto antes de la hora establecida, sonrió y suspiro de saber que he estado a tiempo en el lugar indicado, espero unos minutos antes de ingresar al lugar esperado, me mira una niña como de  5 años descalza y sin nada que la proteja de esa mañana fresca, sólo su playera sucia y rota de rayas que eran rojas y otras blancas, se acerca, me da una mirada más, su inocencia me hace pensar, tomó una moneda y se la brindo, de entre su pantalón con hoyos saca una estampilla y me la entrega, ella se marcha, abro mi mano y veo  una imagen de una cara feliz, la primera que recibía en el día, la primera que a cambio de una moneda me brindo, la primera que me recordó que lo importante no es la cantidad, ni que tan bueno sea, sino simplemente el saber que no importa que tan tarde es, ni que tenga que “sufrir” y sea un problema para mi, siempre hay alguien más que sufre de verdad y aún así sabe como hacer recordar lo importante de está vida que a veces parece una casualidad y muchas otras la cruda realidad de mucha gente que va y viene sin parar, sin pensar, ni brindar una sonrisa a los demás.



Espero les haya agrado y nos leemos hasta el próximo Lunes!! Carlos.

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