miércoles, 9 de marzo de 2011

Mi Hijo Sin Alma

Desde niño soñó con ser, soñó volar, desde niño querido quiso ser

Quiso no estar, quiso todo para Él

Caminaba sólo, con sus patas de madera, y su nariz crecía y su nariz se encogía, pero nunca, como su alma, quiera pudo estar.

Mentía por amor, por miedo, simplemente por pasión, mentía porque podía, mentía porque sabía, y como respiraba, mentía desde adentro. No lo hacía por maldad.

Camina queriendo ser un niño de verdad en su mundo chiquito y de mentiras.

Y así el niño vivió, creando formas bonitas y bellas que la gente aplaudiera, que la gente le aclamarán, pero Él sólo amor buscaba, Él solo amor buscaba.


No sabía del mundo, no sabía de nada, pero mentir siempre se le daba.

Aprendió a engañar con sus palabras, con su cuerpo y su mirada que brillaba, aprendió a mentir con labios ajenos, sus brazos y sus besos.


No sabía el por qué, no sabía nada, la ignorancia le amaba.

Desde niño intentó con la experiencia, que le arrebató su inocencia, intento con la pobreza, pero su vanidad era un monstruo sin cabeza,
intentó la monogamia, pero él eran tantos, no era sólo Él.

Mi Pobre muñeco de ojos y colores chistosos.

Viajó por el mundo, incluso entre sabanas, viajó por cuartos de paredes frías y sarcásticas, viajó con polvos mágicos, pero nunca dentro de sí supo estar.

!Ohh mi querido, Cartón, es horrible pensar que dentro de ti nada hay!

Tibio eres, como a los que odia Dios.

Bienaventurados los pobres de espíritus, porque contigo me encontré... mi pedacito de cartón... que sólo en fosos cantabas, que sólo entre tablas soñaba, palabras de mentiras que tú soledad alimentaban.

Mal tratado siempre se sentía, y se vengaba de sus tristes fantasías destrozaste lo que nunca, bien sabías, tendrías, destrozaste lo que nunca, bien sentías, tendrías.


Oh mí Abanico Libinidoso Duro Olvidar.

Mentiras piadosas...

mentiras soñadoras,

mentiras que su boca vomita.

Y cómo no amar a una cara de Ángel dejando atrás la cola y los cuernos que en tus almohadas guardabas.

Creía que le creían como soñaba que le amaban.

Pero nada que sube, arriba se queda, Ni nada que se olvida, oculto puede quedar.

Dios bendiga la amargura...Dios bendiga la patraña...

Oh!! Mi pobre pedacito de cartón...

Temía moría sin saber que muerto nació, busca en el espejo tu dicha...busca en el espejo tu gracia... busca en tu reflejo el amor... y no temas tu corazón perder...  porque a ti, El Diablo, te lo quito antes de nacer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario