viernes, 8 de abril de 2011

Aquellos Mitos sobre los alimentos que no engordan

Muchas veces minimizamos la capacidad engordante de algunos alimentos: les adjudicamos características light cuando, en realidad, aportan calorías que podríamos ahorrarnos o distribuir de modo diferente si necesitamos adelgazar o mantener el peso logrado.

La diferencia entre el pan fresco y el pan tostado es que al tostarlo pierde la humedad. Y al tener que masticarlo más y, por consiguiente, tardar más tiempo en comerlo, tal vez ayude a enlentecer el acto de comer. Pero sus calorías resultarán exactamente las mismas.
  

Medio kilo de frutas (tres unidades, aproximadamente) aportan 260 calorías. Como las frutas contienen fructosa (un hidrato de carbono de fácil y rápida absorción), conviene consumirlas con cáscara cuando sea posible a fin de enlentecer su digestión y posterior absorción. Es muy bueno comer frutas, y es preferible comerlas distribuidas a lo largo del día, de a una por vez.
Un vaso de jugo de naranja exprimido (por ejemplo, de tres naranjas) aporta alrededor de 210 calorías. La naranja es fuente de vitamina C, potasio y fitoquímicos, y por eso es muy saludable, pero a la hora de decidir incluirla o no en su desayuno, ten en cuenta su aporte de calorías.
Considera también que al exprimir tu jugo se pierde la fibra presente en la pulpa y sólo se utilizan los hidratos de absorción rápida, que aumentan bruscamente la insulina en sangre y favorecen así la formación de grasas. Tal vez resulte, entonces, una buena opción comer una naranja entera en lugar de beber sólo su jugo.
Estamos acostumbrados a condimentar las ensaladas con "un chorrito” de aceite. Según el caso, este “chorrito” puede llegar a aportar entre 300 y 500 calorías.
Y así convertir una ensalada fresca en un plato que puede aportar la misma cantidad de calorías que una porción de pechito de cerdo, 100 gramos de salame o cuatro rebanadas de queso pategrás.
Es saludable consumir aceite dado que aporta grasas benéficas para el organismo. Pero la cantidad es la clave. Se recomienda no verter un chorrito directamente de la botella sino sobre una cucharita para medir mejor la cantidad y no superar la indicada por tu nutriologo.



  

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